NAVIDAD, FIN DE AÑO Y GESTALT

Estas fechas representan por algunas personas, convivir con familia, ir de compras, regalar, recibir, disfrutar de vacaciones, alegría, nervios, ... Y por otros, representan recuerdos de personas que ya no están, nostalgia, tristeza. Esto no quiere decir que en otras fechas del año no nos pase, pero en Navidad y Año Nuevo se manifiesta de forma más intensa.

Aquí, las polaridades alegría/tristeza se hacen más “figura”. Es importante que podamos dar una mirada a ambas y nos permitamos tener sentimientos contradictorios, estar contentos y de repente estar tristes, sin cuestionarlo. Seria como decir “Está bien que esté triste y a la vez alegre”.

Lo que es importante es dar espacio a ambos sentimientos desde la conciencia. El no hacerlo puede provocar que, al contener una emoción y no expresarla, se quede dentro de nuestro cuerpo en forma de un síntoma o dolor.

Hemos aprendido a no prestar atención a aquello que nos incomoda, pero mientras no lo hacemos, se va moviendo internamente y un día sale de forma explosiva. ¿Y qué hace que no lo expresemos? A veces puede ser por creencias internas o familiares, o porque sentimos que aquello no es importante, o por vergüenza, ...

Son fechas donde la polaridad que más predomina es la de la alegría y la que queda más en el fondo es la de la tristeza. Hay una intención a que todo esté bien y una frase interna que dice “no pasa nada”, se va repitiendo. Y realmente sí que pasa, que tengo una emoción que estoy conteniendo en lugar de sostenerla.

¿Qué diferencia hay entre contener y sostener esta emoción? Pues que contenerla es esconderla, taparla, como sí de alguna forma la estuviéramos empujando al fondo con fuerza. En cambio, sostenerla sería hacerla presente, hacerla consciente, darnos cuenta de que hay dolor o alegría dentro nuestro.

Por lo tanto, estas fiestas damos espacio a la alegría y también a la tristeza. Hacer consciente aquella polaridad que más escondemos e intentamos reconocer que hace que no lo expresemos.

¿Pero cómo hacerlo? Desde la Gestalt os hacemos llegar una propuesta por si os apetece experimentarla:

Antes que nada, nos damos un tiempo para parar a escucharnos. Es suficiente con 5 minutos.
Observo como está mi cuerpo, si hay algún malestar, dolor o incomodidad.


Una vez observada mi cuerpo, también observo si hay alguna emoción que se está manifestando en este momento. Si está de alguna forma, me permito dejarla sentir y permito que venga el recuerdo de aquello que me entristece o me hace estar alegre.


Si es el recuerdo de alguna persona importante en nuestra vida que ya no está, le damos un espacio y le agradecemos todo lo que aportó en nuestra vida. Si el recuerdo es más positivo, también le doy un espacio y lo disfruto.


Hacemos dos o tres respiraciones inspirando por la nariz y espirando por la boca y vuelvo a mi rutina.


Os deseamos unas fiestas conscientes.

Montse Monge