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EL FRACASO NO ES MÍO

Fracaso, una sensación que me acompañaba desde mi niñez en todos los aspectos de mi vida. Daba igual si tenía un buen trabajo, estaba felizmente casada y disfrutaba de ver crecer a mi hijo, el fracaso estaba ahí. Repitiéndome que, aun teniéndolo todo, no tenía nada. Siempre había algo que mejorar, siempre faltaba algo.

 

Fui a constelar para poder quitarme esta sensación de fracaso o, por lo menos, entender de dónde venía. Poder sentirme bien conmigo misma, dedicarme a las cosas sin preocuparme por lo que vendrá después o por todo aquello que no he conseguido.

 

Me senté y hablamos de cómo era la relación con mis padres. Con mi madre siempre hubo mucho amor, y a la vez, muchas discusiones. Falleció hace tres años de forma repentina. Con mi padre la relación era buena, los dos éramos muy racionales, aunque se cortó la relación al morir mamá. Desde pequeña, mi padre me ha exigido mucho, a diferencia de a mi hermano pequeño. Yo tenía el deber de sacar buenas notas y hacerlo todo bien.

 

En la constelación me vi sufrir. Me vi queriéndome alejar del fracaso y de mi padre. Vi como seguía cargando con las expectativas de mi padre y sus emociones. Cargaba con algo que no era mío, así que se lo devolví. Yo soy su hija, no puedo, y nunca he podido, hacer el papel que me pedía de mamá de él porque su mamá es mi abuela.

 

También vi el duelo que yo continuaba afrontando, lo mucho que echaba de menos a mi madre y también, la tranquilidad que me generaba su entendimiento y su amor.

 

 

Así que me propuse a mí misma pedir ayuda, poder reconocer que no estaba bien y que la necesitaba. Ayuda para poder entrar en el duelo de mi madre y ayuda para ir dejando esa emoción de fracaso que no es mía, sino de mi papá.