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LA JERARQUÍA

Cada uno de nosotros debemos ocupar el lugar que nos corresponde. En nuestro lugar tenemos fuerza y la vida fluye.

 

En la familia, el orden lo define el tiempo de pertenencia. Por lo tanto, en primer lugar, están los bisabuelos, seguidos de los abuelos, los padres y, por último, los nietos.

 

Aunque esto parece muy lógico, el amor provoca desórdenes. El desorden en la jerarquía se produce cuando alguien que ha llegado más tarde se pone por encima de alguien que estaba antes que él o intenta desplazarlo y ocupar su lugar.

 

En la familia esto ocurre cuando un hijo se siente mejor que sus padres, quiere salvar a sus padres de lo que viven o prefiere enfermar o morir en lugar de ellos. Por ejemplo, si nuestra mamá perdió a la suya muy tempranamente, es posible que inconscientemente nos pongamos a cuidar de ella desde bien pequeños. Eso significa que estamos ocupando el lugar de la abuela y estamos saliendo de nuestro lugar que es el de hijo. Este tipo de desorden, que empieza en la infancia, continúa hasta que nos hacemos conscientes de ello y decidimos salir de ese lugar. De adultos puede ser que todo nos pese, que nos cueste encontrar pareja o cualquier otra situación.

 

En las empresas, escuelas, clubs... existen diferentes órdenes como, por ejemplo, el orden del cargo que uno tiene, el orden de llegada a la empresa, la edad, la experiencia, etc.

 

Todos tenemos nuestro lugar, ya sea en el trabajo, grupos sociales, en la familia...

 

¡En nuestro lugar es donde realmente tenemos la fuerza y la energía necesaria para poder tener una buena vida!

 

 

CARME TUSET PADRÓ

Adoptada, licenciada en psicóloga, especializada en adopción y facilitadora de constelaciones