La clienta de la cual os comparto su experiencia es una chica a la cual le gustaría poder dejar su adicción a la marihuana. Es una persona que se muestra más bien tímida, de pocas palabras.
Cuando le pido que me cuente que es lo que quiere constelar, lo dice claro: “quiero dejar mi adicción a la marihuana”. La petición, su objetivo, es claro y directo. En nuestra breve y cercana conversación antes de empezar a constelar, me sigue contando que su adicción con la marihuana es de unos diez años atrás, según su sentir, des de que llegó a Barcelona, la ciudad en la que vive actualmente. Continúa diciendo que des de que llegó aquí, fuma cada día.
Así pues, según ella, parece que el motivo de la adición nace de éste cambio de ciudad, por lo cual le pido que elija una representante para ella, otra para su adicción y dos representantes más: una para su país de origen y otra para la ciudad donde vive actualmente, Barcelona.
Sólo con éste movimiento, podemos observar como la adicción está pegada a ella. Se mueven por el espacio y la adicción siempre está junto a ella. Por otro lado, el país de origen y la ciudad actual, se miran, se observan y están quietas, no interactúan y su presencia es “neutra”. Con ésta imagen, pude observar i confirmar que la adición no nacía por éste cambio de nacionalidad y vivienda, como la cliente imaginaba.
Viendo la situación que nos muestra la constelación le pregunto por la relación con su madre. A ésta pregunta responde con brevedad. Expresa que es una relación correcta, aunque no hablan mucho. A veces se ha sentido abrumada por ella. Parece, según expresa, que es una madre muy presente y de un carácter fuerte. Seguidamente, también le pido que elija una representante para su madre y otra representante para su padre.
La madre, en la constelación, muestra un carácter fuerte, serio. Ocupa espacio. Se quiere acercar a su hija, aunque la adición no lo permite y la hija no responde mucho a su presencia. Aquí podemos ver cómo, muy posiblemente, la clienta también hizo éste viaje para tomar aire de su madre.
El padre, cuando aparece, se mueve por el espacio y no puede dejar de hacerlo. Tampoco se acerca a su hija ni a la madre. Más bien va a su aire con mucha inquietud. En éste momento, me cuenta que su padre, de hace unos años, está enfermo y en su infancia no tuvo mucha relación con él.
Entonces le propongo que le diga a su madre:
“Mamá, gracias por la vida. Yo soy yo y tú eres tú. Yo tengo mi lugar y tu el tuyo”
Poco después de decir la frase, la adicción se va calmando y el padre también. Podemos observar como el padre se acerca a su hija y se pone a su lado, de pie. En ese instante, la hija, poco a poco, se acerca al padre, y se coge de su pierna. Están juntos. La adicción se aleja y no toma contacto con ellos. En éste caso podemos ver claramente lo que sucede en muchos casos de adicción, como la madre corta el acceso al padre.
En éste momento, el padre expresa que siente tristeza, la añoranza que ha sentido en su vida por no poder compartir con su hija. Delante de ésta bella imagen de encuentro de padre e hija, le propongo a la cliente que le diga a su padre:
“Papá, para mí tu eres importante. Tu presencia me da fuerza. Gracias por la vida”
Finalmente le propongo a la cliente si quiere acercarse a su padre y abrazarlo. Y llena de emoción, podemos ver como hija y padre se funden en un abrazo tomando contacto y tomando la fuerza de la vida.