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CONFLICTOS ENTRE HERMANAS

A veces, las dinámicas familiares son como madejas de hilo enredadas, donde tensiones y afectos se entrelazan de formas que no siempre comprendemos. En una reciente sesión de Essere, una clienta exploró la compleja relación con una de sus cinco hermanos, una relación marcada por la distancia a pesar de los intentos de acercamiento.

Ella, la mayor, sentía una desconexión palpable con esta hermana en particular. Curiosamente, la visita de otra hermana había fluido con naturalidad, resaltando aún más la dificultad en el vínculo con la segunda. A pesar de establecer límites, la calidez fraternal parecía esquiva. Su anhelo era claro: si la constelación funcionaba, esperaba encontrar una mejor conexión con su hermana.

Un dato familiar emergió como una pieza clave del puzle: una historia contada por el abuelo sobre un hijo que su padre tuvo durante el servicio militar, antes de formar una familia con su madre.

En la constelación, representamos a la clienta, a la hermana con la que existía tensión y a este hermano hasta ahora desconocido para el sistema familiar. Lo que sucedió fue sorprendente. La hermana, inicialmente distante y hasta molesta, mostró un cambio notable al aparecer el representante del hermano. Su enfado se disipó, su mirada se suavizó, incluso expresó el deseo de que él la mirara. Su conexión con este hermano era evidente, contrastando con su actitud hacia la representante de la clienta. De hecho, la representante de la hermana se movió buscando la cercanía del representante del hermano.

Guié entonces a la representante de la clienta a expresar: "Ahora sé que existes, y tienes un lugar en mi corazón". En ese instante, la representante de la hermana se acercó aún más al del hermano.

Luego, le sugerí a la representante de la clienta que dijera a su hermana: "Gracias por traer a los excluidos a nuestro sistema. Ahora veo tu gran amor".

Compartiendo un descubrimiento personal, la clienta mencionó haber tomado conciencia en otra constelación de una hermana gemela solitaria, que no llegó a nacer. Intuitivamente, se dirigió a la hermana en conflicto: "Te cuento que tengo una hermana gemela, Luz. Te la presento y estoy muy feliz".

Sin embargo, la constelación reveló una dinámica más profunda. Observamos que la clienta, en su deseo de armonía, estaba asumiendo un rol maternal con su hermana. Le propusimos entonces una frase diferente: "Veo tu gran amor y dolor, y estoy muy a gusto de que seas mi hermana. Ahora lo comprendo todo".

La clave emergió al comprender que la búsqueda de armonía de la clienta estaba ligada a su apego a la gemela no nacida. Al final de la constelación, la clienta se dio cuenta de que el reconocimiento que ella anhelaba de su hermana era, en esencia, el mismo reconocimiento que el hermano excluido buscaba de todos ellos.

Esta constelación iluminó un vínculo poderoso de la hermana con su hermano excluido, un vínculo que, paradójicamente, generaba distancia con la clienta. También reveló cómo la clienta, desde un lugar desubicado, actuaba como madre de su hermana.

El movimiento facilitado en la constelación abre un camino para que la clienta inicie una relación más amable con su hermana, desde la comprensión del origen de su "enfado": una conexión profunda con la figura del hermano que había sido excluido del sistema familiar.

¿Te resuena esta historia? Las constelaciones familiares nos ofrecen una ventana única para comprender las complejas dinámicas que nos unen y nos separan.