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TRANSITAR EL DUELO TRAS LA MUERTE DEL PADRE

 

La clienta me cuenta que le pesan mucho las emociones de cuando era pequeña y quiere sentirse mejor consigo misma. Cuando le pregunto si tuvo una infancia difícil, me contesta que sí y se emociona al decirlo. Le propongo que se diga a sí misma: "He crecido y al final todo salió bien".

Tras un rato comentando su momento actual, le pregunto: — ¿Qué ha pasado que se ha vuelto a activar tu “niña”? — Hace muy poco que murió mi padre.

 

Dejo un espacio para que procese. "Fue muy de golpe", dice. Comenta que se siente sola, a disgusto en el trabajo, con su pareja. No siente apoyo en su entorno. Está trabajando con su terapeuta, que la ha acompañado. Todos en la sala se dan cuenta del momento que está pasando la clienta.

Está claramente en un proceso de duelo, así que le pregunto por la relación que tenía con su padre. — ¿Te daba miedo? — Me imponía. Era una persona que no mostraba sus sentimientos.

— ¿Y tú, puedes transmitirlos? — Sí, yo sí.

 

Le propongo empezar escogiendo una persona para ella y una para su padre. El padre y ella se colocan a cierta distancia. Al padre se le ve en su mundo, distante, sin palabras. A ella también se la ve distante, rígida.

Tras observar la escena, le propongo que le diga a su padre: "Papá, lo que me diste fue bueno y suficiente, y ahora soy adulta y puedo encargarme yo". Le pido que escoja una representante de su “niña interior”. En la constelación se ven a la representante de ella y de su niña interior abrazadas. La representante de la adulta dice que se siente triste y la de la niña que se siente bloqueada.

 

Le digo: — Tengo una buena y una mala noticia para ti: la buena es que el problema que tienes no es con tu niña, has hecho un buen trabajo hasta ahora con ella. La mala es que lo que te pasa es que estás en DUELO.

La clienta se da cuenta de que esa impaciencia es la que la está afectando y sigue convencida de que se siente mal y de que sus reacciones de “niña” están muy fuera de tono. Y yo le digo: "Yo creo que eres “un poco” fiel a papá y te cuesta sacar las emociones".

 

La clienta va poco a poco haciéndose a la idea. Le pregunto a la representante de su yo adulta cómo se siente. Nos dice que se siente triste y que la música le va bien para sacar esa tristeza. Pongo una música suave. Las dos representantes se emocionan y se abrazan. Se ve un movimiento hacia el padre que ya está en el suelo.

La clienta va descubriendo que debe buscar sus recursos para sacar fuera su tristeza y normalizar el proceso que está viviendo, que todo es muy reciente y está en duelo. Su niña se siente bloqueada, pero ella puede ayudarse a sí misma para estar mejor. La clienta expresa que se siente sola, desprotegida y dice que ella es la que hace de sostén, pues antes tenía a su padre. Las piezas van cayendo para darse cuenta de lo que quiere reordenar en su vida tras esta pérdida.

 

Le recuerdo que somos 50% padre, 50% madre y que ella tiene el 50% de su padre en ella misma. Y le pregunto: — ¿Cómo puedes crear una nueva relación con papá? Tú sabes que si le preguntas, te va a contestar.

Ella parece contemplar la posibilidad de darse ese tiempo. Le digo: "Permítete estar triste". Seguimos con una nueva canción que evoca esa relación íntima entre la clienta y su padre. En la constelación, ella y sus representantes se acercan más a papá y sacan la emoción. Para finalizar le digo: "Estás en duelo. Se te ve bien."

 

La clienta se va agradecida de lo sucedido y contenta de ver el camino de ese duelo que está transitando, como una oportunidad de crecer personalmente y cuidarse. Le ha ido bien combinar esta constelación con el trabajo terapéutico individual. Al estar las dos en la sala, podrán conversar de nuevo ante esa realidad que aparece y esa necesidad de darse tiempo, trabajar la expresión de sus sentimientos en un momento en el que es bueno descansar, procesar, llorar y cuidarse.