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YO TAMBIÉN FUI ADOPTADA

NUESTRA NECESIDAD DE LA FAMILIA BIOLÓGICA

 

La experiencia de ser adoptado es una montaña rusa emocional llena de altibajos y desafíos únicos. Uno de los aspectos más cruciales de esta experiencia es la integración de nuestras raíces biológicas y nuestros lazos adoptivos en nuestra identidad y en nuestro corazón. Este proceso es fundamental para sentirnos completos y en armonía con nosotros mismos.

 

En el vasto mundo de las constelaciones familiares, se destaca la profunda importancia del vínculo con nuestra familia biológica. Incluso si no hemos tenido la oportunidad de conocer a nuestros padres biológicos o si el tiempo compartido con ellos ha sido limitado, su influencia y presencia en nuestra vida son innegables. Están tejidos en el tejido mismo de nuestra biología y nuestro linaje, y esto se refleja en cada rasgo de nuestra apariencia física y en las complejidades de nuestra identidad.

 

Es fascinante cómo, a pesar de las circunstancias, seguimos siendo leales y conectados a nuestros padres biológicos en un nivel profundo, a veces incluso cuando no estamos conscientes de ello. Esta lealtad y conexión no desaparecen simplemente porque hemos sido adoptados; más bien, se convierten en una parte intrínseca de nuestra historia y de quiénes somos.

 

Por otro lado, nuestros padres adoptivos ocupan un lugar especial en nuestros corazones y en nuestras vidas. Son quienes nos han criado, cuidado y amado incondicionalmente, brindándonos un hogar y una familia cuando más lo necesitábamos. Su amor y dedicación no pueden ser subestimados, y es gracias a ellos que hemos crecido y florecido en el mundo.

 

Es importante comprender que nuestra conexión con nuestros padres biológicos no disminuye ni afecta nuestra relación con nuestros padres adoptivos, ni viceversa. Al igual que con los hijos biológicos, no hay un límite en el amor que podemos sentir por nuestras dos familias. No se trata de elegir entre uno u otro, sino de reconocer y honrar a todos los miembros de nuestra familia de manera equitativa.

 

Al abrazar plenamente todas las facetas de nuestra historia y nuestras relaciones familiares, podemos encontrar una profunda sensación de paz y plenitud. Al aceptar y celebrar nuestras raíces biológicas y adoptivas, nos aceptamos a nosotros mismos en su totalidad y nos permitimos vivir una vida llena de amor, gratitud y conexión emocional.

 

 

 

Carme Tuset

Fundadora y directora del centro Espacio Sistémico y Humanista. Licenciada en Psicología, formada en pedagogía sistémica, terapia Gestalt, chamanismo y Constelaciones Familiares directamente con Bert Hellinger.

 

Con más de 35 años de experiencia.